Ha llegado una queja de un cliente enojado, incluye una carta feroz y un consolador donde los envía follar para mostrar su insatisfacción. Su compañero de trabajo le acerca la caja y se retira, luego que la jefa de atención al cliente lee lo expresado decide hacer caso y meterse eso en su responsable coño. El impecable uniforme de trabajo está desacomodado, sentada en el escritorio hace caso a lo escrito con el juguete instalado entre las piernas y las gemelas tomando frío.
Sin previo aviso Johnny regresa y se disculpa al verla tan compenetrada en dejar satisfecha a la clientela, no sabe que hacer hasta que ella le dice que eso la ha excitado demasiado y requiere una polla real. Para que, bajó pantalón y la calzó justo al centro de la boca de esta madura que siempre quiso montar. Mientras le lame las bolas estira mano para hundirla en el coño y con movimiento de claro conocimiento hacer que el ruido de la humedad saliente empiece a sonar.
Así es como ahora son dos empleado preocupados por hacer que ese cliente enojado encuentre consuelo al error cometido, lo que no van a poder prometer es que no vuelva a repetirse.